FLORENCIO SÁNCHEZ: TEATRO DEL 900

Esta será mi obra. Desentrañar del seno mismo de la vida, del drama de todos los días y de todos los momentos, las causas del dolor humano y exponerlas y difundirlas como un arma contra la ignorancia, la pasión y el prejuicio. No lo hemos perdido todo en la desgarrante contienda de los siglos. Hay síntomas de que la conciencia y la piedad subsisten en el hombre. Digámosle a su cerebro palabras de verdad, e impetremos su conciencia con la oración del sentimiento.
Acto I, escena 10, "Nuestros hijos"

MIRA SU VIDA EN TRES MINUTOS: https://youtu.be/QOPp3e75mIM

FLORENCIO SÁNCHEZ nació el 17 de enero de 1875 en Montevideo. Hijo de Olegario Sánchez y Josefa Mussante. Hacia 1892 se radica en Buenos Aires. A su retorno a Montevideo, en 1894, comenzó a trabajar como periodista en los diarios “El Nacional”, “La Razón” y “El Siglo”, de Montevideo. Tomó parte en las guerras civiles de su país y trabajó como periodista en Buenos Aires. De formación autodidacta, se aprecian sus ideas anarquistas y socialistas en sus sainetes costumbristas como los de 1902, Canillita, Moneda falsa, dramas acerca del conflicto entre la vida rural tradicional y el impacto de la inmigración europea M'hijo el dotor (1903), La gringa (1904), Barranca abajo (1905), su título más popular y que se estrenó ese mismo año. También escribió comedias dramáticas como Los muertos, Los derechos de la salud, y estudios como: El pasado, Nuestros hijos, En familia. Fue autor también de una serie de artículos: Cartas de un flojo (1900) y del ensayo El caudillaje criminal en Sudamérica (1903). Falleció el 7 de noviembre de 1910 en Milán, Italia.

La evolución del teatro en Uruguay ha sido sumamente interesante y a la vez compleja, vamos a repasar brevemente la misma:

Hacia un teatro nacional

La primera obra dramática creada en esta orilla fue La lealtad más acendrada y Buenos Aires vengada, del presbítero Juan Francisco Martínez, estrenada en 18081. A ella siguen, en 1816, Sentimientos de un patriota, entre otras obras de Bartolomé Hidalgo y, en 1832, Los Treinta y Tres, de Villademoros; ambas obras están signadas por las luchas independentistas, aunque su forma es subsidiaria del Neoclasicismo. Entre otras cosas estas obras un sentimiento de libertad que vulnera el colonialismo español.

En 1851 Francisco Xavier de Acha estrenó su drama La fusión, que propugnaba la eliminación de las divisas y la hermandad de todos los orientales en la patria común.

Desde 1808 a 1851, las escasas piezas dramáticas pueden ser vistas a la luz de dos constantes: el hecho histórico contemporáneo, por un lado, y el panfletarismo como tendencia. Un teatro de combate, ideológico, comprometido, en ello reside su originalidad.
Pedro Bermúdez compone en 1843 y es reconstruido en 1853 el drama El Charrúa, primer drama histórico en el sentido tradicional del término, pues la acción transcurre a fines del siglo dieciséis. Comienza entonces un período de renovación.
Desde luego que la producción nacional de la época no era acompañada de un progreso material paralelo en la vida teatral. No hay compañías nacionales, falta, por consiguiente, el aliciente de un teatro estable, nacional por sus actores, que apoye y estimule a los autores.
Desde medio siglo nos visitan sin embargo una serie ininterrumpida de compañías extranjeras, españolas e italianas, que traen a nuestros teatros las últimas producciones del romanticismo europeo. Aparecen pues en escena decenas de hijos ilegítimos, huérfanos, doncellas violadas, crímenes vengados. El resultado inmediato de este contacto es la aparición de un teatro romántico en Uruguay, olvidado de su pasado inmediato. En poco tiempo sin embargo, el auténtico romanticismo americano dejó su lugar a la máscara de un romanticismo sensiblero. Se produce así una crisis del teatro que pierde el rumbo sus mejores posibilidades, el posible teatro nacional ha quedado europeizado, y así será hasta la década del 80.
Del nacionalismo al individualismo: en ella se encuentra la publicación del drama Juan Moreira, folletín del periodista Eduardo Gutiérrez, publicado en 1878. el gaucho hacía su aparición en la escena teatral, aunque no era la primera vez que el tema se trataba se había preparado el camino, por obras como Martín Fierro por ejemplo, para el éxito de este drama. Significó además una nueva técnica teatral, al levantar el escenario al lado del picadero del circo, por un lado, y al unir el texto hablado y pantomima, por el otro. Se representa por primera vez en Montevideo en 1889 con tal éxito que al año siguiente Elías Regules escenifica la obra de Hernández con el mismo éxito.

Obras de este período:
Juan Moreira, Eduardo Gutiérrez.
Julián Jiménez, Abdón Aróztegui
Heroísmo, Aróztegui5
Juan Soldao, Orosmán Moratorio, 1893. Lo subtitula “Drama criollo, satírico-político”6.
Cobarde, Víctor Pérez Petit. 1894

Estos son los títulos con los que el teatro uruguayo da su réplica a la nueva línea temática, romántica en el fondo por lo que tiene de rebelde, de exaltación del individuo, de visión idealizada del gaucho o, por lo menos, depurada de la criminalidad de los modelos ocasionales.
Fue un teatro que exaltó la rudeza, el machismo.

La obra de Florencio Sánchez logrará el balance y liquidación del drama gauchesco, justo a tiempo.
Balance y liquidación del drama gauchesco. En tres años y con cuatro piezas 7 cerró Sánchez el ciclo gauchesco anterior y liquidó los estereotipos de un teatro “nacional” mal entendido. No cree en la existencia de un teatro “nacional”: “Esto del teatro nacional, señores míos, es una brillante sofisticación. El teatro no tiene bandera. Es universal, humano… Se escribían costumbres desconocidas. Un rancho de paja y terrón por decorado, por lenguaje característico unos cuantos “canejos” y “ahijunas”, cuando no expresiones de la jerga lunfarda porteña, con pasiones y sentimientos de importación teatral. Con estos elementos se fabricaba una obra de teatro nacional…”. No cría en el machismo ni en el individualismo caudillista ni veneraba a Aparicio Saravia, muerto por esos años. Creía en la fuerza de las ideas de su generación.


Planteó los siguientes presupuestos:

a-
Verdad en la creación de tipos y caracteres.
b- Justa comprensión de los problemas actuales del hombre de campo.
c- Pensar primero en el TEATRO y luego en lo demás.
d- Propone un teatro universal en el cual la impostación en un medio determinado resulta solo una concesión al realismo contemporáneo. La búsqueda del universalismo se logra a través de:
1- Los personajes son considerado primero hombres, luego criollos.
2- Antes que los problemas sociales y políticos están los problemas del hombre mismo, su personalidad, su conducta.
3- La repercusión de los problemas humanos se centra siempre en la familia.
4- Los rasgos tipificantes de la nacionalidad (lenguaje por ejemplo) no pueden incidir en el autor sino como datos de una realidad ocasional.
5- Creó caracteres de validez universal y no tipos.
6- Buscó una problemática trascendente y comprometedora, del hombre, rehuyendo la estereotipada del gaucho de comedia.


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BIOGRAFÍA:https://youtu.be/QOPp3e75mIM
OBRA "M´HIJO EL DOTOR" ADAPTACIÓN REALIZADA POR ESTUDIANTES: https://youtu.be/ZuTCIXq0YaY

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